Ya no se que hacer.
Aquí estoy con un libro de un poeta muerto.
Creo que murió de cáncer,
lo enterraron ayer en su pueblo con bongoes..
Esta mañana me levanté
dispuesto a hacerte una poesía.
La línea primera somos pequeños
en este universo de contradicciones.
Te ubico con estos pasos rotos,
más un cepillo y un tubo dentífrico.
Una urbe de dos horas.
Una selva para un transeúnte flemático.
Y otra que sueña con las estrellas de Orión.