Tu pubis lo miro en la ceiba hacia
Oxford.
Bajo por los senderos ahí los manantiales
recorren la loma de piedra se precipitan
por los cauces del zapote de la estación del
tren del lago. y las grandes vegetaciones de árboles chocan los pajarillos en
sus ramas caen enloquecidos cantando raros sonidos de ultratumbas de mujeres de
tetas
Fracturada por el coito. Bajo y subo
luego bajo y subo hacia Tara otra encantadora estación de charcos de lluvias sombrías y
mi alma mastica el cascajo de implacables juegos perímetros de violentos egoísmos.
Más allá al frente el monte Sión, y más allá la ciudad histórica, la curva el Curubito los ojos azules de las ramas de colibrí, los grandes ojos
negros de la parte humana, marca la puerta a la fantasía
de octogenarios acontecimientos , un llanto súbito da congoja en el estomago; pasos
hacia la ciudad Oxford, el país checo, la finita Asia dominada por la China de
campesinos donde esta la estación de la quinta avenida de los jerogrificos de
vino y borracheras desnuda por el sol.
No te cubras los ojos siempre de
rodillas amaras el génesis el poema de la parada del autobús, no llores en este
colchon
de orín. Te escucho la perorata de
los cuchillos de la mafia, bajo el espejo de miles de caras.
Para que el arrepentimiento vuelve
al espejo te ves hermosa allí el árbol de ceiba la luz artificial de los
electricistas
cilindrados de erotismos no te parálisis
sigue con el corte de energía ya llegan los policía la nueva fiesta del vecino
no te cubras el rosro deja que tu padre falsifique su biblia (éxodo,
capitulo 1, versículo 1), parado el pechón de Bilbao y su cantaleta del
matrimonio. Bueno estamos llegando a la estación del tren cuyos recuerdos deja por
los tabacos de tu marido la infidelidad del tiempo. Castido vestido cubre tu
piel de tierra . Déjate llevar por los poemas de las colinas que crezca y la huida
del pacto, la popa y desmonta sus alas hacia Oxford.
Vence tu lengua la palpita creencia
la luna del vientre el ermitaño juego de inmanejable existencia el camino otra vez
hacia la virgencita. Deja un rezo y subo trotando por
los andenes , gentes de tapabocas de la muerte y la resurrección.
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