MUJERCITA

                 Tus pasos en la lluvia
                 Me produjeron nostalgia
¿Cómo desnudar a la mujercita llena de tristeza?
         Sin el amante pélvico de sus deseos
               huyes al doblar la esquina
                 con tus poemas a cuesta.
          Ausente la melancolía tu corazón  vive
                        con las alas cortas.
                 ¿Es el gorrión que te asusta?
           No, es tu miedo al color del plumaje.
                       La adversidad duele,
                          y las calles lloran
                        y pueblan la existencia,
                 allí donde los hombres sueñan
          con el orgasmo diario de sus pasiones.

PRESENCIA

Esta mañana  sentí  la  presencia de la abuela,
pidiéndome que cuidara la vestidura del caballo;
que la protegiese con el umbral de la puerta,
                   que no pereciera.
Que la boca del perro la enterrara en el pozo
y que cortara en cruz el árbol de Totumo.

Mientras en el barrio, los hombres culpaban a los policías
de llevar los cabellos como escudo. Ese día, todos invisibles corrían por el patio;
cuando se deslizaban las hormigas hacia  la cocina causando pánico a los peces
                         en el aljibe.

LOYDIS

¿Cual decisión controla tu alma?
- hoy he sentido miedo al amor
   a los resentimientos
   incluso a la demencia del insomnio.

En esta madrugada
quise encontrarla
y me hallé llorando
en un sueño imposible

A veces deduzco
que son utopías
de un hombre cansado
en busca de su eternidad.

Vislumbrar lo idílico
 de un beso en la boca
la textura de sus manos
una palabra en lo visible de la aurora.

Quién podrá descifrar
un poema en tu cofre de niña
en los ventanales de un jardín
de una furtiva sonrisa.

ASPASIA

Los caminos de tu aldea
advierten la presencia de Pericles
y otros hombres.
Mientras en la metrópolis
sudan los legados eróticos,
pasabas por allí.

¿Dónde van los vientos sin las huellas de Sólon
que dejaste en los burdeles?

Estas bocas parias
los pueriles orgías
las tendrán en casa:

Cuando las noches se abran
las puertas cierran para un peregrino
de perplejas creencias
sólo dirás: <<¡sígueme!>>.

El Patio De La Abuela

¿Cómo recoger estos juguetes?
       los gritos de la abuela
       se hacen constantes,
         allí su ceguera,
     acompañan los cantos
crepusculares de un indra eterno.

        Vuelve otra vez
         absorbe el tinto
            y se aleja,
      nadie en el patio
      pudo desvanecer,
el olor perpetuo de las flores.