Solo es la imbecilidad
de los cuerpos equidistantes.
En la pobreza de tú belleza
en el rumiar de las madrugadas.
Es sentir la agonía,
de las palabras en los insomnios.
Que castran sentimientos.
No me he vencido
estoy esperando para sentir,
la utopía de tus olores.
Pensamientos anteriores
existen en la regla,
constante de amar.
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