miércoles, 15 de mayo de 2019

Candelarita Campo




Que la protegiese
con el umbral de la puerta,
que no pereciera.

Que la boca del perro
la enterrara en el pozo
y que cortara en cruz
el árbol de totumo.

Ese día, todos invisibles
corrían por el patio;
cuando se deslizaban
las hormigas hacia la cocina
causando pánico
a los peces en el aljibe.

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