Abandonan los jardines míseros,
la matandrea se pudrió.
Mientras el ómnibus se traslada a los
suburbios
los pórticos se cierran a nombre del vecino.
Llegan todos te esperan en casa.
La nostalgia me cobija mis entrañas
dependo de tus habitables
resentimientos.
Es una resistencia mórbida al placer.
Perdida de la esperanza al sentirse
desterrado.
Todavía no llegas al barrio.
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