Todos huyeron hacia el jardín por la violencia. Las puertas cerradas. Allí en su infinita inocencia, cantaron a la aurora, en la cantina global de las parrandas donaron un trago de sumisión. Un nuevo amanecer con los brazos abiertos a la vida. La existencia despegó los rencores de la habitación y el sexo desenfrenado volcó las calles. Y con un murmullo exhaló el final del pensamiento lascivo. El desamor fue indiferente al amor. Por ahí los ves, como mendigos por las rutas de los emocionales psiquiátricos, votando por el pan. Gritando por el idealismo se convirtieron en fatalista de los hombres, no pudo coger la flor del jardín solo era un polvo etéreo. Anduvimos en la locura de la poesía, besando y, divulgando la amargura de los suicidados en los saltos de los pueblos obsoletos por los candados. Invertebrados por las ideologías amamos el idilio del amor entre licores y alucinógenos y las cirugías para el rejuvenecimiento de la próstata. Recordando la niñez de los grandes acontecimientos entre lo político y el fútbol callejero. Y un buen libro de Alíes en la colina de los sueños en la lucha de clases. Las contradicciones de los días del socialismo y del capitalismo abrumaron nuestros corazones frágiles por la tristeza. Ese día pude ir al mar.
Es sólo la constancia de una poética franca y anécdotica de experiencia existencial. Marca la vida de la poesía y su creador, van de la mano en este mundo de observación permanente que fluye en el parir de un poema. Con el esfuerzo del dolor y el sufrimiento de la palabra. El poetastro te invita a su mundo poético de magia e inspiración.
domingo, 29 de mayo de 2022
martes, 10 de mayo de 2022
Confinar
Esa tarde la lluvia impactó nuestros sentimientos. Los vientos que viene del norte crecen en el corazón, los miedos, muy enraizado por mucho tiempo en la personalidad del mundo obrero. Aquel momento de infinita inestabilidad emocional dormían la siesta, en la parte trasera del play rooll. Las conversaciones en los espacios confinados, hacían de esos seres, uno solo. La multitud agonica, por la gran bulla sometida en los ecos de las calderas en su oxidante naturaleza. Le imprimía la tristeza de los hombres, la contradicción de la felicidad. Los gringos inspeccionaron la zona , los refractarios que en su decadente espera; pueblan un área bien definida de la unidad de operación de los hornos polvorientos. Yacen los residuos que imparten los productos contaminantes en el proceso. Allí en el corazón de los trabajadores en su afán de prolongar su tiempo, inventaron la huelga. Tal vez en estas actividades revolucionarias las masas sean simples marionetas del sistema. La sumisión dio el fruto, un nuevo lenguaje se encadena al poder prolongando la melancolica lucha de clases.