Huyes al infinito de las enfermedades del alma.
En el vacío de una musa solitaria.
Predica la muerte de los celos en el túmulo de la no resurrección.
Mi moza es la vida solitaria en la rebeldía de los lagos que se revientan en la dilatada vegetación de Matute.
En las tumbas históricas de los anglosajones, en la explotación de los rieles, están incrustrados en la tierra de nuestros antepasados.
Vociferar en el corazón el llanto de los indígenas que comieron la agonía de la violación y el miedo.
Moza de los días de sur a norte y se estrella contra el río musculoso en la fusión del mar en el calor de la tarde.
Tierra robada al corazón se extiende a tus senos provisto de placer.
En este pueblo de una ciudad distante se encierra en la pequeñez del destino.