viernes, 19 de mayo de 2017

   

     

     



            Escucho la noche

¿Porqué luchar contra los miserables del mundo?
¿ Porqué enflaquecer en el dominio de la aflicción
   cuando el mundo blasfema?

Lechuzas del infierno
deambulan como demonios.
También el aficionado a la lujuria
besa el inexplicable esplin de sus tormentos.

Aun así, la oscuridad de la nemotecnia
prostituye los cuerpos
y los condenan al éxtasis.
Mientras Dios dicta su apología
y la poesía simplifica los besos.

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