Las montañas no tienen limites,
la guerra enseña lo pequeño que somos
los árboles suben hasta la cúspide
del corazón del conflicto.
En el pueblo oran ha San Antonio,
es época de ir a las tinas,
todos juegan con los batracios.
encima de las piedras
los muchachos se tiran
de cabeza hasta el fondo
y no quieren salir les facilita
descubrir un milagro.
Son los girasoles
que en medio de las balas
neutralizan el mimetismo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario