La bicicleta de mi padre
en un rincón del patio;
con todo y el perro la robamos
fue a tener en una chatarra.
Después los hombres obsesivos
te vieron jugar en el billar
brindaron por el dinero,
y morían por tus senos.
Que novedoso montar bicicleta
son cosas del tiempo.
Ahora tengo una roja
traída de Holanda.
La puedo llevar
colgada en forma simple
en mi cuello.
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