miércoles, 20 de noviembre de 2019

SUSIN

CARMEN Y MARTIN
Llegaste de la calle moribundo
caíste en el patio con tus ojos fardos.
Oh, gato místico de tejados huecos.
Jerarca de una manada de felinos,
superiores a los hombres.
Tu muerte trágica y silenciosa
entristeció el ambiente, las flores se marchitaron.
La clorofila  de las verdolagas se regó en lagrimas por todo el cuadro del patio.
 Aún los pájaros con sus melodías
matutinas dejaron de cantar.
No bastó acariciar y sentir el dolor.
El yermo violento del hombre fue más poderoso, aniquilante en la armonía de tu esqueleto.
Mientras morías entre los naranjos que florecen entre papayos de invierno,
las hormigas daban por sentado tu funeral finito.
Quizás la luna y esos  dioses desconocidos te den la paz en los lugares insólitos del universo.
Impregnado de noches sonámbulas en orgías eternas.

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