viernes, 8 de mayo de 2020

EXTRANJERO


Cartagena
Quizás invade el borde continental de su pelo.
Sumisión de ofrendas en el declinar de la noche.
Angulos ocultos sin estrellas,  de un suelo fértil,
por unas pisadas extrañas de tu olfato.
Vicios de otros rincones,
enfermedades  en un país de mala muerte.
Otros mundos de unas canciones ruidosas,
besan tu piel de un  patio sin dueño.
La sangre cubre tu rostro,
cuelgan los deseos en el estribo de sus barcas,
en el acoso de la rendición.
Mientras unos senos melancólicos,
trasciende la orilla de lo perverso.





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