Ahora debo escribirte. Porque representas una parte de mí. Célula antigua en las lunas de la conciencia. Llegaste como las estrellas en unos sueños disueltos en noches de insomnios. Que tras la locura besamos el clip de las ideas creativas sumergidas en la divinidad. Tu dirás poemas malditos en una acera de un pueblo de intonsidades. Escribes. ¿ Cuál final de la poesía acoge el ser. Somos el vaivén de una larga carrera por llegar triunfante a dónde ? Simples criaturas cuadrúpedas. Errantes con una armadura erguida por la casualidad de la creación. Ven, sé tu misma y goza con los brazos ínfimos, pequeña. Escritura a la pandemia de tus ojos tristes, la muerte. Aunque con las orejas apegadas a la existencia en silenciosa libertad. Este Monstruo desde oriente a los imperios indígenas, supersticiones en los manicomios. La sangre fusionada por el coito. Cualquier camino conduce a las estribaciones de los locos de San Pablo. Allí van los viajeros en bicicletas son niños adultos con juguetes de fantasía. Madrugan. Y los cantos de las cigarras hace feliz el ambiente de las mesetas de Maquiavelo y el ensueño de la gente desprevenida de la natura de occidente que van a la mar. Al frente de una ciudad inmóvil; llenas de basuras pensantes. Utopías. De igual modo las culebras salen en invierno y les tiran piedras para que salgan de su hábitat, mueren aplastada por la conciencia ruda. Aquí te observo medusa. Has aprendido a montar bicicleta te caiste; tienes el equilibrio existencial de la moral de los recuerdos de una niñez infernal. Todavía la ternura de tu nieta en tiempos de evolutiva observación. Plebes que rondan tu casa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario