domingo, 4 de junio de 2023

Brincar los arroyos

 Tendrá que llover en los patios con el clamor infinito del cielo. 

Todavía lo veo llegar por el norte y esa salinidad pegada en la nariz.

En la colina la lluvia se extiende por los acantilados naturales, sin detenerse en su curso hacia la contaminación en el pozo de la ciudad.

Aquí las gotas saltan y el viento en la apacible ternura se cuela por los ventanales antiguos.

Aquí en casa la inopia no tiene clase social todos somos campesinos no creemos en los discursos.

Pronto la lluvia tendrá que ceder a la angustia existencial de aquel que brinca de un arroyo a otro.

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