
enmudece de pánico.
Las aguas dulces del manantial,
un beso atrevido infiel.
vencida en las piedras
ruedas sin fin por la ribera.
Tú voz melodiosa vendrá
con el viento del sur
y los perros dejaran de aullar.
Se irán a la habitación
en el mueble místico
será testigo de los miedos,
apacibles de tu corazón.
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