Este placer envolvió mi alma lo llevó al extremo del odio ante la razón ineludible del amor.
como definir el destino ante esos dos corazones acechadores del dolor ante la belleza que imprimían sus sexos bajo la desgracia de nuestras voluntades.
Condenado a sus despotismos eróticos cogí el camino del desprecio y la sumisión de sus caprichos que desbocan pasión en las fases viriles.
Buscando la verdad y la mentira.
Deseoso de ellas. Tuve el glorioso final de ser;
quien soy.
Susurros de los besos en los rincones de una habitación.
Vaivén de sus gestos en las esquinas lujuriosas de sus mentes.
Aquí la experiencia de la existencia no me bastó.
Ambas tenían sus propias alas para volar y expandirse por el mundo entre el amor y la soledad del crepúsculo.
Húmedas las manos, ojos cerrados en la oscuridad brutal de sus gritos.
Blandían en el orgasmo el júbilo de las mazmorras.
Ambas maquinas por sus placeres anónimos.
La urbe en el tiempo.
Obeliscos antiguos de avenidas faraónicas.
Llegaron a amar la eternidad por el derecho de ser hembras infinitas.
Así hirviendo en sus palabras edificaron jardines de profunda delicadeza, los sueños...
Vengadoras del amor borraron de las mentes el odio contra lugares incógnitos.
Mientras las sombras alegres poseídas por sus voluntades exóticas, dominan el cielo o el infierno.