lunes, 6 de septiembre de 2021

Sobre el anden

 Escribir un poema fue inútil.

Porque mi inspiración se agotó

en las miserias piadosas de la sociedad.


Piedras de las urbes, edificios en cuya rebeldía salarial tendrá

en la conciencia la verborrea para

pasar el tiempo.


Es invierno las palomas madrugan vuelan al pasar los transeúntes con los yunques  que subyugan sus pensamientos.


Remordimientos que vagan por las calles en la acrobacia de las  vituperias piezas que facultan el andar racionalista del yo.


Rabia que se disfruta por los jardines en los traspatios de las ciudades hundidas por las estaciones que traen la lluvia de septiembre. Meditan el diluvio costoso del alma en el mar y el río.


Racismo que irradian la fuerza explotadora del conformismo 

en las banquetas de aquel parque 

de imágenes falsas en la empírica impotencia del ser.


Agobian la quietud manifestada 

en el quehacer de las labores de una textileria en el viejo barrio de gamines que rondan la basura estatal.

Quebrantar el orden moral, engañar en el suplicio de las aves quebradas por los andenes en el peregrinar de un  país a otra nación puntual.

 El caos  escrúpuloso de la razón de los que caminan en las mañanas de voluntades condenadas por el olvido.

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