viernes, 22 de octubre de 2021

Aldea

 Viajar aumenta el instinto de los orígenes familiares.

La alegria tumba cualquier duda por llegar al pueblo.

Mientras en el sendero, 

los barros medían los triunfales sentimientos de nuestras angustias del pasado.

 El motorista, cínico  rueda sin miedo por una tierra virgen.

Todavía los hombres no borraban la violenta historia.

Esta lejana melancolía por los potreros en la hierba antigua. 

El tabaco arrumado se consumía en el invierno con sus hojas que huyen del lodo, en dirección  a la montaña.

Firmemente aferrados al toyota, proseguir la madrugada.

 El canto de los pájaros circulante en el entorno.

 Obstinado por los chalanes cruzaban los caminos desbordados de manantiales.

Llegar. Encerrar la tranquilidad bajo los pisos húmedos de la casa.

El erotismo colmó el silencio entre billares y mujeres que apuestan al beso en ocasionales copas de etílicos.

Un hombre obeso calificaba sus encantos en medio de la música estridente de una aldea olvidada.

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