miércoles, 20 de octubre de 2021

Rural

 Sin destino, huiremos quizás al infierno.

O en esa larga lucha,

por sobrevivir a la muerte.

Estaremos ahí encima del techo padeciendo el sufrimiento por ver las estrellas 

y una luna esperando reposada la sonrisa en el horizonte divino de  los amantes.

Nunca más vendrán a pies por las tierras de los abuelos a cultivar el amor.

Nada podran hacer por los besos callejeros de una infancia rebosada por el ajetreo rural.

 Camino lento en el barro de los patios, 

donde los frutos se ven como cabelleras 

colgadas eternamente en sus ramas exquisitas.

Con certeza que la noche tendrás en sus misterios la libre voluntad de los corazones y nos miraremos en el silencio de la penumbra del tiempo en la decadencia de la vejez.  ​

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