
ahora la lluvia fue implacable, grandes tribulaciones
acechan en el barrio. Los ladrones dejan de trabajar
y la policia los persiguen por los tejados.
Me inclino ante Dios, no puedo luchar con estos sistemas espirituales, existen hasta en los tuétanos de los huesos. El frío de invierno en el pueblo disipó las contradicciones de clases, ya los pobres son más y los ricos son menos. En la república las rebeliones se previenen con más tiros son francotiradores de todos los bandos, nadie tiene moral para decir salvemos la patria. Mis sentimientos se acongojan ante los poemas de Ovidio.
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