Ando por tus calles desérticas con indiferencia.
Yo también fui importante dormí cuando era niño.
Quizás los andrajos se acumulan en el corazón.
Caminante de habitaciones desnudas, exponen un lado, la otra parte oculta en el hemisferio.
¡Te juro por mis pedos!
Estoy aqui en el callejón, sanando mis penas con la puerilidad de la ausencia.
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