Casa de infancia donde mis padres
vinieron a mirar y saludaron a los próximos muertos.
La avenida de los recuerdos de una panadería o un beso en la boca de azúcar.
Hoy aquí en la ventana de la luna
del sol doloroso de esa princesa de quince.
Ventana donde te cogía tu mano y caminamos a buscar la leche.
Sin memoria no hay alma en el pecho de las estaciones.
Esa lluvia de verso cuyo poema de ausencia a través del tiempo muere de vejez.
Una línea De Quevedo de la flor que canta de la flor que vuela.
Yace en este túmulo de penas en la ventana de hierro.
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