Aqui toda la oferta está en mis manos unos zapatos Adidas,
deambulan por el promedio del consumismo.
Quiero adquirirlo porque eleva mi ego.
No soy muy amante de la pobreza es una esclavitud del sistema, pensar en los privilegios y las humillaciones de no adquirirlo para mí satisfacción emocional, es un fracaso. Esto no tiene que ver con la intelectualidad ni la pacotilla del dinero o los arlequines que critican al Estado.
Gratis dice un anuncio el 25 por ciento de descuento en está era de la pandemia. Y todos en si somos contagiados por el virus de la observación y la deprimente carencia.
Todos pasan y me miran con ojos curiosos dirán este y su ropaje será un gamin con estilo original.
Quisiera a través del tiempo indagar el mundo de las urbes.
Hoy estoy en Barranquilla soy un transeúnte más entre muchos pandemicos que complacidos mitigan el aliento putrefacto que conmueve a la sociedad de consumo.
Mañana partiremos y seremos nuevamente afligidos por otro ambiente de otra ciudad costera.
Mientras ahí los seres deambulan a pies buscando en el destino una razón para vivir tranquilo en medio de las ideologías perversas y alienantes
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