domingo, 25 de abril de 2021

El domingo

 El crepúsculo llega con la lluvia.

Mi madre en un  rincón de la columna observa la calle y la gente, van a misa 

pese  a la pandemia, pocos irán al parque comerán un helado y volverán a casa.

Aún espera a mi padre como todos los domingos en la terraza. Salía y con la bulla característica auyentaba el dolor de la tarde, pero había una tristeza en su rostro.

La transformación de la muerte sin una tumba y un  nombre deja la melancolía de la ausencia.

Este ritual  al viento y un polvillo sin rumbo deja una profunda meditación lo que debe ser un recuerdo.

La incineración si sentido,  sin una respuesta a nuestras creencias ancestrales.

Todavía en las tardes se escucha una canción en la sala. Y en la ventana un frío tenebroso ronda la casa con su alegría.


 




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