Le escribes muchos poemas.
Ella espera absurda, el gran amor.
Ese es el don de esa habitación
sólo fui un viajero en tu hogar.
Llévame al muelle de la ciudad.
No te sientas en los parques,
enséñame a masticar,
el olor de tu piel en esos jardines urbanos.
Me diras asqueroso, sólo soy un fanático de tus íntimidades.
No tardarás en odiarme.
Pronto en Londres será el fin del viaje.
Casi eres la dama de las aflicciones.
Hipocondriaca,
tu avanza hacia el cielo,
desnuda ante Dios te fortalecen los salmos en la madrugada.
en cambio estoy aquí
pensando,
en la devoción y resignación.
Con un beso en la boca todos bailaremos:
Una canción de la radio y la verguenza del engaño y la mentira.
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