Amas el placer en los palacios
cuyas tetas enloquecían
aquel dios que ostenta
la esquízofrenia promiscua.
Todos los custodios
juegan a matar
a envenenar
¿ dónde estabas senador cuando tu mujer
fue penetrada por el caballo?
Y ese coito
te rompió la existencia
Y gritaste:
- Que no eras de la clase plebeya
si no de los infiernos de Jupiter.
De cada esquina maldita
la oferta de la ley del demente
la prostitución de la ciudad
Te bañaron en el teatro
con la mascara de Agripina
elogiaste el incesto.
Entonces los traidores
fueron echados a los leones
en el quinto día de los juegos.
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