viernes, 15 de diciembre de 2017



Cristiano, nació con el don de la suerte. Que todo bandido tiene: las mujeres. Por allá en las estribaciones de los barrios las putas se las jugaban para darles placeres a los idiotas que las escogían para los momentos eróticos; en los bares del sur, Mameyal era una opción.Las escopecinas tumban los olores en las habitaciones nauseabundas, chupándoles las tetas venenosas y seductoras que los conducen en un sueño inacabable y agónico. Las casas donde dormían dichas vagabundas corría el semen como un acumulador de generaciones, todo se hundia en las cloacas de la letrina.Solo la cartera con una nota - olvídate del atraco se lo digo a tu mujer maricón. Así Cristiano máximo proxeneta partía sus ganancias dándoles el beso de despedida, con sus tatuajes de bazofia y deleites efímeros.



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