Este impredecible rostro
que en la agonía del tiempo
se encapricha con tus ojos
y se vuelve sublime en el lienzo.
que en la agonía del tiempo
se encapricha con tus ojos
y se vuelve sublime en el lienzo.
Ahora recorres las calles
de una ciudad olvidada
Los granizos, el spleen
el hombre, los apocalípticos.
de una ciudad olvidada
Los granizos, el spleen
el hombre, los apocalípticos.
¿A quién rogar?
la mudez estupida
que corrompe los intestinos
las adicciones de la locura.
la mudez estupida
que corrompe los intestinos
las adicciones de la locura.
Ya vuelve transeúntes
entre religión y lo perverso
de los geranios
el maldito pan
una canasta de fruta del mercado.
entre religión y lo perverso
de los geranios
el maldito pan
una canasta de fruta del mercado.
En la atrocidad de los colores
la lluvia descansa salpicando
el vestido miserable
que te compró el adicto de tu novio.
la lluvia descansa salpicando
el vestido miserable
que te compró el adicto de tu novio.

todos pasan sin decir nada
te convierte en rostro invisible
del atardecer nostálgico del pintor.
Ya el paraguas de lineas
blancas y azules
desbocó la ley del inquisidor
Todos gritan: ¡ revolución !
blancas y azules
desbocó la ley del inquisidor
Todos gritan: ¡ revolución !
La tierra inerte
la paleta del vértice
ese color ocre de la vida
penetra en los sentidos.
la paleta del vértice
ese color ocre de la vida
penetra en los sentidos.
La muchedumbre con caballos
suelta la rienda de la violencia,
todos creyentes
de ideologías muertas.
suelta la rienda de la violencia,
todos creyentes
de ideologías muertas.
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