y toda tu belleza
resplandecieres copiosa
en un lago de lotos hoy moriría.
No te ofendas por las
miserias todavía
es la riqueza de la casa suntuosa
que a lo lejos enloquece
la brisa,
cuando a tu nieto su
madre lo acaricia.
Omaíra de infinita
fragancia
abre la ventana de la
sonrisa
yaces en los sueños de
la vida
mientras exista la poesía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario