jueves, 29 de junio de 2017


Por el año cuando se comenzaron las excavaciones de los canales. Llenos de  putrefacciones orgánicas, que producían   las  aguas contaminadas. Los peritos realizan sus informes para la nueva represa, para reducir el daño irreversible de dichos químicos.   Los obreros sintieron pánico, por las muertes sucesivas en ese mes de convulsiones contradictorias, que originaba la huelga. Se dio el estudio de estos hechos, llegando a  la conclusión: Todo se dio por beber las aguas de  los lavamanos. Todo quedo precluido en  los juzgados de  la república.
Al sexto día de la convención colectiva. Los huelguistas con la libre decisión de irrumpir en las áreas prohibidas, les escupieron el rostro  las gringas,  ocupadas  del   despidos  masivos.  Ellas sutilmente sacaron los pañuelos sacudiéndolos  hacia arriba como símbolo de victoria. A una clase burda. Que esgrimía por los poros la derrota.


Después del accidente de los muertos, la dignidad de los dos bandos se hizo más aguda, ya en dichas discusiones las partes insinuaban la violencia, como último recurso de sometimiento. Mr. Vernon se dio a la tarea, que las plantas fueran militarizadas, “ cualquier disturbio se aplacaran con la bala. Y, la sumisión de estas bandas de  agitadores que no hacen un culo por la patria.” Si no interrumpir el verdadero progreso de la región; estas órdenes sonaron en todo el proyecto como el santo y seña. El poder de los capataces, se consagró.  Estas porquerías  de indios  traídas dentro y  fuera de este país, harapientos    que en la práctica  no servían para nada, porque ellos no  poseen  la tecnología, para su autodeterminación y orgullo mismo. Exclamaba el gringo- en su texano ingles.  

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