Morimos esperando la resurrección.
Estaremos dispuesto al miedo.
El infierno es la opción inspirativa del paraíso.
A qué temerle al abandono de los seres,
que te impiden la temporalidad.
Aquí estamos presos por las palabras
Allí el mudo que te dice con señas:
-- No importa la lluvia sigue cayendo.
Al final de los vientos y los bichos te persiguen en la cama de los ocios.
Y ella a lo lejos te molesta te sigue insistiendo en la imbecibilidad del tiempo.
Y los estúpidos sonidos de la muerte.
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