En el umbral de la casa, se escuchan
las historias de la vieja generación se amasan los recuerdos del abuelo con su dulce sonrisa.
Ya partiste hacia tierras espirituales feliz viaje sin rencor. Se fue, amén.
El destino de los hombres.
Tras el día su pesadumbre su encanto y sus dolores y los resentimientos, amamos a los vuestros hijos!
Ese abuelo nos dejó una enseña, seductora en el corazón, descifra su contenido para las nuevas estirpes.
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