Pronto en el crepúsculo,
se invade está orilla.
En el parque los alcatraces
desaparecen de la vista subjetiva.
Y la muchedumbre en el silencio
muestra a cada individuo la pestilencia.
Es cierto que hay historia
de la otreda de los hombres intonsos.
Aquí cuando el sol se oculta
la gente tiene miedo/
Reconocen en su siquis
la aniquilación de la tormenta/
Puede que poca gente este ausente,
los infortunios que identifica la fortaleza de los monumentos, mueren.
Todavía en el momento del día,
la tristeza es un pretexto
para fumar el aire de la urbe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario