Siempre te estuve esperando.
Y he vuelto trás mi peregrinación.
Vuelvo a tu nido.
¿Tú? Explícita juntos regresan a lo ínfimo de la vida.
Dirás la nada, las creencias.
Aquí en el árbol de guanabana,
los lirios en ese lugar onanimo de la penumbra.
Volver a una casa de infancia
te llevaba con el frasco de la leche.
Con tus zapaticos de color en esa casa de piso alto de muñecas de ensueño.
Muy niña tierna, invade el corazón.
Horas existentes, el morbo del amor
en la estancia de nuestro pueblo.
Imperante te fuiste quizás
con el rastro de la nostalgia, el olvido.
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