domingo, 23 de mayo de 2021

HOMO

 Tu voz alivia los corazones de los pueblos la angustia violenta de la resignación.

Toca esperar en la historia si todavía quedaba algo narrativo. Sublime en la tragedia de sus protestas revolucionarias.

Matan a pies  los puntos del hambre.

Todavía se ve en la orilla a un niño con sus manitos saludando el nuevo Estado.

Los pensamientos se alienan ante el vándalo que describen  los oligarcas,  un caótico ser que lo destruye todo hasta su casa.

La revuelta ideal tumbar al opresor.

Luego experimentan el desorden en las calles y hacen una huerta en cada esquina. La multitud come el pan de cada día.

El Estado establecido sepultan la desigualdad con las leyes, en las mazmorras los hombres castigados serán devuelto a su origen social. Hermandad.

Los utopicos  al acariciar el poder estarán contentos beberán en el triunfo en su propia tiranía y expedirán en sus egos la nueva Constitución.

La igualdad de los hombres serán el grafitti de la antigua pirámides social.

 Cantando el himno en las calles,  el pueblo feliz espera en sus hogares un nuevo orden; posiblemente se aburrirán y estallan de ira y otra vez los corazones se ensucian de odio y de  resignación.

 Y el ciclo termina y comienza entre explotadores y explotados dormiremos felices con el pan en la boca. 


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