Aquella noche la canción de Lavoe,
aumento mis celos. Ella preguntó por alguien. Yo sólo conteste en forma seca -- no me interesa su amistad--.
Autentica luna que no existe, en el firmamento. Allí escribiendo un poema, debería disculparme por mis intrigas, poesias que engaña al pensamiento.
Sigo viendo la tv, cuentan la historia del oeste y pudieron matar a cien y cinco más. Sólo piden callar y dormir.
Más rápido fue esa mujer, marcha hacia sus abismos, mata su adultez.
Esa noche los mosquitos se ausentaron y
la mujer sueña y apunta mirando
en la ventana, la liberación de los instintos, lucha con los antivalores y juega
en la madrugada. Que pueda tener un orgasmo en la punta de la orbe.
En cambio yo sigo aquí contando los calados de la ventana y esos libros de monte adentro que me dicen de las tribus y sus líneas de espesa urdimbre.
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