Escribir un poema a Barranquilla.
Un espíritu vagando de caprichos en el arte bohemico. Traficante de poemas hasta el cansancio.
Y ese poema una lágrima y en el tiempo instuiciones en la musa de mi Corazón.
Y cuando en el poder del movimiento escucharía el sonido de las aguas de la Magdalena y mis poemas brillan con el malecón en la melancolía de un invierno.
La gente alegres, diría adiós al sufrimiento al estilo del arte grafitario que describen los andenes y calles contemporáneas.
Y cuando saliera una letra sabría que estás allí muy extraña en los parques.
Conciente con el espejo de la vida, diría oye, era fascinante y esa idea fija a un recuerdo en los labios forajidos.
Entonces quizas divulgue tu nombre en la melancolía, por calles que se adentran en el pensamiento.
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