El laboratorio infectó el ambiente,
todos con tapabocas rumian sus temores.
Una histérica grita que monda nadie me quita mi libre puesto.
En la avenida los carros de distintos pueblos arrojan el humo social.
La asistente del laboratorio me dice: deja la vulgaridad más que tienes que pasar por mis manos tu glande.
Así en ese tumulto alguien de nuevo grita: ¡oye cállate! te llega tu turno.
Y alguien más adelante dice hijueputa enfermedad me tiene casi loca.
De nuevo alguien le pega un puñetazo a la puerta y todo sin excepción dicen no hay promoción quédate de último.
Tranquilo me someto a las normas salgo del laboratorio y todos aplauden la salida del sol.
Mientras al otro lado, se festeja el cumpleaños número once de sobriedad.
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