martes, 23 de febrero de 2021

Nómada

En la vaguedad de las horas

hay tiempo para abrir la puerta.

En los pisos dormirán con hambre,

todos vendrán y partirán por las aceras no habrá lucha de clases.

Y sus caras envejecerán por la luna, lloran somnolientes con la vulgaridad del hambre y el depósito del rencor.

Se cumple la sentencia: 

Cuando las bocas en el crepúsculo 

no se pierden en el vértice.

Los día permutan en las entradas de los pueblos.


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