Es abril y el silencio desboca tristeza
y se lleva la nostalgia de infinitos domingos.
Las antiguas raíces se pudren y retoñan en la sonrisa del hombre andante.
Ha cesado la lluvia; una vez más,
la violencia rompe la conciencia.
Se enmudece el canto del meriño
en la estepa de los miedos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario