Mientras los domingos abren en el hombre la naturaleza sedentaria del espíritu.
Tu te has engendrado la decadencia del corazón el sirimiri de este árbol legendario.
Tú dirás sirimiri si es verano. No es la estación donde corre la impureza de la soberbia.
Domingos alejados de la soberanía del sol. Te escondes ahí tras el apocalíptico infierno.
Oh, tu cielo sistema que prepara las inciertas tensiones tentáculos opresivo del polvillo.
No esa eternidad que te brinda el pastor en sus citas bíblicas.
Temperativa te dirige hacia la verdad. Calma tus impulsos aquí estoy orando la peregrinación de los muertos.
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