Los sueños en su noche
expandió la congoja del cosmos.
No se podía esperar la violenta llegada del salvador.
Esa noche se transformó
las deidades.
Ese canto sublime del tiempo;
vaticinaba en las extrañas de los seres el apocaptico destino.
Volver a las orillas antiguas
de viejos navíos.
Parir en las piedras el semen.
Las especies que se extinguen en el horizonte.
En medio de el oleaje taciturno.
Los viajeros incógnitos.
Mientras hombres errantes
cumplen como habitantes su cautiverio perpetuo.
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