Y ella sabe de su presencia.
En su sala la tv una sonrisa
un mensaje de texto.
Yo lo analizo y sale en la penumbra del amanecer y el perro por casualidad se ausenta de la escena.
El silencio es invadido por los insectos
que retornan a los Montes del área.
No sé cuál es su oficio dicen que construyen ilusiones platónicas.
Las vecinas dicen que un buen amante.
Y sale en bicicleta a recorrer el barrio
proximadamente una hora.
Oye el tiempo de su llegada.
El autobus, el ladrido del crepúsculo.
De nuevo la escena en el sofá.
Y las miradas en un punto fijo
en la urbe revolución del amor.
Me preguntó idolatría, mi orgullo.
Neutral sarcasmo esa verdad esperada.
Sigo aquí en ausencia rezo y medito
en el yunque de la experiencia.
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